Poesía










En otoño el río,
se sobresalía,
soltaba lagrimas sin parar,
pues no tenía compañía.
Un día el afluente le dijo,
no llores más porque yo te haré compañía.
Nunca se separaron,
hasta que llegaron a los confines de Oceanía,
solo el destino les alejó,
pero ellos sabían, que se encontrarían algún día.


Lucía Toapanta

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